Tradicionalmente se ha asumido que los condrictios son especies de alto valor ecológico y por tanto juegan un papel central en la dinámica y equilibrio de los ecosistemas en que habitan. A pesar de esto, aún es muy escaso el nivel de conocimiento sobre estas especies en Colombia (Navia & Mejía-Falla, 2006; Puentes et al., 2009). En todas las regiones del país, la mayor parte de la información existente sobre condrictios proviene de estudios pesqueros, siendo mínimo el conocimiento sobre la distribución, abundancia y comportamiento de estas especies en sus ambientes naturales, el cual es una importante herramienta para su manejo y conservación.
En ese sentido, Gorgona representa un área de gran potencial dada su vocación ecoturistica enfocada a las actividades de buceo y a la gran importancia ecológica, en especial para la diversidad de elasmobranquios en el POT con al menos 32 especies registradas (Hleap et al., 2010); además de ser un punto estratégico en la migración del tiburón ballena (Rhincodon typus) y la mantaraya (Mobula birostris) (Mejía-Falla et al., 2014). Sin embargo, a pesar de ser la zona con mayor documentación científica sobre el tema en todo el Pacífico colombiano (Hleap et al., 2010), entre los que se destacan las publicaciones de Franke y Acero (1991); Franke (1992); Rojas (2000), Rojas y Zapata (2006), Mejía-Falla y Navia (2006), Mejía-Falla et al. (2007) y Payan et al. (2010), Mejía-Ladino et al. (2012), numerosos aspectos de la biología, ecología y dinámica poblacional de estas especies permanecen desconocidos.
El PNN Gorgona tiene definido entre sus Valores Objeto de Conservación (VOC) el ensamblaje de peces de uso recreativo entre los cuales se destacan algunas especies de elasmobranquios como el tiburón aletiblanco, el tiburón ballena, las mantarrayas, entre otros. La información generada por este proyecto aportará herramientas que permitan mejorar el manejo de las actividades de buceo en el área protegida.
Durante los monitoreos del año 2017 se avistaron cinco especies, dos de tiburones y tres de rayas. El aletiblanco (T. obesus) se avistó en los tres meses de muestreo, el chucho (A. laticeps) en septiembre y octubre, la raya látigo (H. longus) en octubre, y en noviembre se avistó el tiburón martillo (S.lewini) y el chucho dorado (R. steindachneri). En las inmersiones nocturnas (7) se obervaron individos de A. laticeps (Azufrada y Planchón) y T. obesus (Azufrada y Playa Blanca).
En la zona sur (Cazuela) sólo se observaron individuos de T. obesus; mientras en las zonas occidente y oriente se observaron tres de las cinco especies avistadas, específicamente en Montañita I y en La Chalana-Panchón, respectivamente. Por su parte, en la zona norte sólo se observaron individuos de T. obesus y A. laticeps.
Con base en los videos y fotografías tomadas en las tres salidas de campo se identificaron preliminarmente 55 individuos de T. obesus, correspondientes a 24 machos y 31 hembras. El estado de desarrollo dominante fue adulto, 47 de los 55 individuos, mientras que los 8 juveniles fueron todos hembras. En cuanto a la distribución espacial, el 32.72% de los individuos identificados se encontraron en Azufrada, seguido de Tiburonera (25.45%) mientras que Chalana y Playa Blanca presentaron los valores más bajos. Las tres montañitas sumadas representaron el 36.36% de los individuos identificados mientras que a nivel individual representaron el 14.54%, 9.09% y 12.72% respectivamente.